martes, 14 de agosto de 2012


Evangelio según San Mateo 18,1-5.10.12-14. 

Comentario por: David Quiroa

El Padre no quiere que se pierda ni uno
(Mt 18,1-5.10.12-14)

Mucha gente cree que Dios es como el policía en una garita elevada, mirando para abajo para ver en qué momento nos equivocamos para  mandarnos al infierno.

Es todo lo contrario:  El Señor camina a nuestro lado, cuidando que no tropecemos y buscando la manera de que regresemos con El cuando  andamos perdidos.

Como el padre amoroso con sus hijos pequeñitos, como la gallina con sus pollitos, como el pastor con sus ovejas, el Padre nos vigila, pero no para castigarnos, sino para que estemos felices con Él.

Hay que ser como los niños, que al ver a su papá salen corriendo a abrazarlo y no como los ladrones que se esconden del policía, porque Dios es papá, no es sargento.

El ejemplo de hoy: San Maximiliano Kolbe. Sufrió junto a muchos los horrores de los campos de concentración, y como pocos dio su ejemplo de fe y confianza en la Virgen -la Inmaculada- hasta su ejecución, el 14 de Agosto de 1941.

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Evangelio según San Mateo 18,1-5.10.12-14. 

En aquel momento los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: “¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos?”. 

Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: “Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos. Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos. El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí mismo. 
Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial. 
¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y una de ellas se pierde, ¿no deja las noventa y nueve restantes en la montaña, para ir a buscar la que se extravió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se extraviaron. De la misma manera, el Padre que está en el cielo no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños. 

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