sábado, 11 de agosto de 2012


Evangelio según San Mateo 17,14-20. 

Comentario por: David Quiroa

¿Por qué nosotros no pudimos?

Casi todos los días, se nos acerca alguien que no sabe lo que nosotros sabemos, nos pide ayuda y se queda maravillado de que lo que ellos no pueden hacer, para nosotros es tan fácil.

Lo mismo pasa con Dios cuando mira que nuestros esfuerzos por componer al mundo no llegan a ningún lado, porque nosotros no  sabemos lo que Él sabe, y peor aún, no le creemos cuando nos lo dice.

Si usted le diera instrucciones claras a alguien sobre cómo hacer algo, y aún así no lo entiende, ¿no se enojaría? ¿No le diría “créeme, así funciona esto”? Así es Dios: Todo el tiempo diciendo “cree”, y nosotros todo el tiempo diciendo “es que no entiendo”.

El ejemplo de hoy: Santa Clara de Asís, fundadora de las Clarisas, fue durante 40 años superiora del convento y siempre fue la primera en servir a las demás.

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Evangelio según San Mateo 17,14-20. 
Cuando se reunieron con la multitud, se le acercó un hombre y, cayendo de rodillas,  le dijo: “Señor, ten piedad de mi hijo, que es epiléptico y está muy mal: frecuentemente cae en el fuego y también en el agua. Yo lo llevé a tus discípulos, pero no lo pudieron curar”.

Jesús respondió: “¡Generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganmelo aquí”.

Jesús increpó al demonio, y este salió del niño, que desde aquel momento quedó curado. Los discípulos se acercaron entonces a Jesús y le preguntaron en privado: “¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?”.

“Porque ustedes tienen poca fe, les dijo. Les aseguro que si tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, dirían a esta montaña: ‘Trasládate de aquí a allá’, y la montaña se trasladaría; y nada sería imposible para ustedes”. 

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