Evangelio
según San Juan 12,24-26.
Comentario por: David Quiroa
“Si muere, da mucho fruto”
Desde nuestro punto de vista, con la
muerte se acaba todo. Como ya no volvemos a ver a nuestros seres queridos que
mueren, sentimos que ya no hay más qué hacer que llorar y seguir
adelante con nuestra vida.
Desde el punto de vista de Alguien que
ve más allá, la muerte es un paso necesario para nuestra verdadera
misión. Los amigos del grano de trigo creen que aquél grano enterrado ya no
existe, cuando en realidad es hasta entonces que sirve para lo que
fue creado: para dar vida a más granos.
No hay que temer a la muerte ni
esperarla. El Sembrador sabe cuándo es el tiempo apropiado para que este grano
dé fruto, y sabe cómo va a hacer para ponernos en la tierra.
El ejemplo de hoy: San Lorenzo. Torturado sobre una parrilla ardiente,
tenía tan poco miedo de la muerte que todavía pidió a sus verdugos que
le dieran vuelta “para quedar asado de los dos lados”
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Evangelio según San Juan 12,24-26.
Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. El que tiene apego a su vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la Vida eterna. El que quiera servirme que me siga, y donde yo esté, estará también mi servidor. El que quiera servirme, será honrado por mi Padre.
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