viernes, 31 de agosto de 2012


Evangelio según San Mateo 25,1-13. 

Comentario por: David Quiroa

“Nuestras lámparas se apagan”

A todos nos pasa, en algún momento, que sentimos que ya no tenemos más fuerza, que se nos acaba la luz en la vida.

Es en esos momentos en que necesitamos la reserva de oración que hemos guardado durante los buenos tiempos. Orar siempre, hacer buenas obras, confesarse y comulgar, no es sólo para sentirse bien en el ratito, sino principalmente para esos momentos de crisis.  

Hoy es un buen día para acumular fuerzas, porque no sabemos en qué momento  las vamos a necesitar.

El ejemplo de hoy: San Ramón Nonato. Dedicó su vida a predicar el Evangelio bajo las peores circunstancias.

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Evangelio según San Mateo 25,1-13. 

Por eso, el Reino de los Cielos será semejante a diez jóvenes que fueron con sus lámparas al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco, prudentes. 
Las necias tomaron sus lámparas, pero sin proveerse de aceite,  mientras que las prudentes tomaron sus lámparas y también llenaron de aceite sus frascos. 
Como el esposo se hacía esperar, les entró sueño a todas y se quedaron dormidas.  Pero a medianoche se oyó un grito: ‘Ya viene el esposo, salgan a su encuentro’.  Entonces las jóvenes se despertaron y prepararon sus lámparas. 
Las necias dijeron a las prudentes: ‘¿Podrían darnos un poco de aceite, porque nuestras lámparas se apagan?’. 
Pero estas les respondieron: ‘No va a alcanzar para todas. Es mejor que vayan a comprarlo al mercado’. 
Mientras tanto, llegó el esposo: las que estaban preparadas entraron con él en la sala nupcial y se cerró la puerta. 
Después llegaron las otras jóvenes y dijeron: ‘Señor, señor, ábrenos’,
pero él respondió: ‘Les aseguro que no las conozco’. 
Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora. 

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