Evangelio según San Mateo 20,20-28.
Comentario por: David Quiroa
“No vino para ser servido, sino para servir”
Como siempre, la lógica divina
nos desconcierta. Dios, el creador de todo, se hace hombre sólo para venir a
servirnos a nosotros, sus criaturas.
Es como que usted estudie,
saque una carrera y una maestría, trabaje durante años y llegue a gerente de
una gran empresa para servir café y cuidar carros. ¿Tiene lógica?
Para Dios, sí. En cada
una de nuestras acciones nuestra mente no debe estar en cómo le ”sacamos” algo
a los demás, sino en cómo podemos ayudarle.
Como jefes, conservarles su
empleo y mejorar su condición de vida. Como padres, llevar a los
hijos por buen camino. Como gobernantes, servir a los más pobres.
En eso se distingue al
verdadero cristiano: el que usa su poder para ayudar a otro y no para servirse
de él.
El ejemplo de hoy: Santiago Apóstol. Llevó el Evangelio hasta lo
que en ese entonces se consideraba el fin del mundo, la Península Ibérica.
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Evangelio según San Mateo 20,20-28.
Entonces la madre de los hijos
de Zebedeo se acercó a Jesús, junto con sus hijos, y se postró ante él para
pedirle algo.
“¿Qué quieres?”, le preguntó
Jesús.
Ella le dijo: “Manda que mis
dos hijos se sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda”.
“No saben lo que piden”,
respondió Jesús. “¿Pueden beber el cáliz que yo beberé?”.
“Podemos”, le respondieron.
“Está bien, les dijo Jesús,
ustedes beberán mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda,
no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes se los ha
destinado mi Padre”.
Al oír esto, los otros diez se
indignaron contra los dos hermanos.
Pero Jesús los llamó y les
dijo: “Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los
poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder
así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y
el que quiera ser el primero que se haga su esclavo: como el Hijo del
hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate
por una multitud”.
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