domingo, 1 de noviembre de 2015

“Felices…” (Mt 5,1-12a.)

Evangelio según San Mateo 5,1-12a.    
Comentario por David Quiroa

“Felices…” 

Las versiones modernas de la Biblia dicen “felices…” en este pasaje. Antes se decía “bienaventurados”.  Otra forma de decirlo es “beatos”. Y un beato es lo mismo que un santo, sólo que sin título.

Lo que Jesús nos dice hoy es que hay muchísimas maneras de alcanzar la santidad. A través de la pobreza, el sufrimiento, la paciencia, la paz, la justicia, la misericordia… Y nótese que Dios no exige que hagamos de todo: Nos ofrece la recompensa eterna por cada una de esas cosas.

Por eso sabemos que hay muchas personas en el cielo que son santas, aunque no estén en la lista oficial.  Ilustres desconocidos que no sólo gozan la presencia de Dios sino también interceden por nosotros. Quiera Él que un día estemos allí, aunque no aparezcamos en “top 20”.



Para subir al cielo se necesita: Una escalera grande, que es el sacrificio de Cristo y una chiquita que es el sacrificio nuestro. Muy chiquitita de verdad, comparada con la otra. Pero de todas maneras, Dios quiere que la subamos.


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Evangelio según San Mateo 5,1-12a.

Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él. Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:

“Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.

Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.

Felices los afligidos, porque serán consolados.

Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.

Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.

Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios.

Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.

Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.

Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí.


Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron.”

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