Evangelio según San Juan 2,13-22.
Comentario por David Quiroa
“Destruyan este templo y en tres días
lo volveré a levantar”
Con las técnicas modernas de
construcción es perfectamente posible levantar un edificio en tres días. Pero
nadie más que Dios ha podido resucitar a un muerto.
De tal manera que lo que para el
hombre es imposible, para Dios es posible. Es algo que nos debe llenar de
esperanza cuando nos enfrentamos a problemas que parecen insolubles. Lo son,
para nosotros. No lo son para Dios.
En aquél momento nadie lo entendió,
pero luego de ver a Cristo Resucitado los apóstoles lo comprendieron. Así
mismo, nadie nos entenderá cuando sigamos esperando tres días más tarde a que
un muerto resucite. Lo entenderán hasta que lo vean.
Hoy recordamos a los esposos
Luis y María Beltrame, beatos: Una pareja con hijos, como cualquiera. Excepto por su confianza en la
providencia y la divina misericordia. Son ejemplo para la familia que, en medio
de las dificultades, sigue adelante y sigue siendo tan caritativa en la pobreza
como en la abundancia.
-------
Evangelio según San Juan 2,13-22.
Se acercaba la Pascua de los judíos.
Jesús subió a Jerusalén
y encontró en el Templo a los
vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de
sus mesas.
Hizo un látigo de cuerdas y los echó
a todos del Templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas
de los cambistas, derribó sus mesas y dijo a los vendedores de palomas: “Saquen
esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio”.
Y sus discípulos recordaron las
palabras de la Escritura: El celo por tu Casa me consumirá.
Entonces los judíos le preguntaron: “¿Qué
signo nos das para obrar así?”.
Jesús les respondió: “Destruyan este
templo y en tres días lo volveré a levantar”.
Los judíos le dijeron: “Han sido
necesarios cuarenta y seis años para construir este Templo, ¿y tú lo vas a
levantar en tres días?”.
Pero él se refería al templo de su
cuerpo.
Por eso, cuando Jesús resucitó, sus
discípulos recordaron que él había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en
la palabra que había pronunciado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario