Evangelio según San Lucas 11,27-28.
Comentario por David Quiroa
“Feliz el seno que te llevó”
Las alabanzas a la Virgen son tan
antiguas como el Nuevo Testamento –más antiguas, si consideramos el libro de
Isaías–, pero es importante cómo Jesús redirecciona esas alabanzas.
“Felices los que escuchan la palabra de Dios y la practican”, dice de inmediato. Aquí no existe contradicción, es simplemente un
redireccionamiento. Jesús no espera
alabanzas para Él, que bien merecidas se las tiene, sino que nosotros sigamos
lo que nos enseña.
Nuestra admiración por la Virgen no le
quita nada al culto debido a Dios. Por el contrario, es una vía para llegar,
más rápido y con mayor alegría, a lo que el Padre quiere.
El Rosario es mariano y cristocéntrico: Quien no conoce el Rosario creerá que se trata
únicamente de alabanzas a la Virgen. Nada más equivocado. El Rosario nos lleva,
misterio tras misterio, a la comprensión completa del Evangelio. Habla de
Jesús, a través de María.
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Evangelio según San Lucas 11,27-28.
Cuando Jesús terminó de hablar, una mujer levantó la voz en medio de la
multitud y le dijo: “¡Feliz el seno que te llevó y los pechos que te
amamantaron!”.
Jesús le respondió: “Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y
la practican”.
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