viernes, 10 de julio de 2015

“Serán odiados a causa de mi nombre” (Mt 10,16-23.)

Evangelio según San Mateo 10,16-23.
Comentario por David Quiroa

“Serán odiados a causa de mi nombre”

Es difícil de creer, pero es cierto. A la gente no le gusta que uno mencione a Jesús en sus conversaciones normales.  Pero no es sólo la mención de Jesús la que odian. Odian todo lo que parezca remotamente moralidad, verdad, justicia o cualquier cosa buena.

Haga usted la prueba si no me cree: diga en una conversación normal “eso no me parece justo” y se le echarán encima como fieras hambrientas.  Defienda los intereses de un desvalido y verá cómo se le oponen hasta los más devotos creyentes.

Este mundo ama la mentira y la injusticia. Odia la verdad, la transparencia y la moralidad. Dice Dios que si aguantamos, nos salvaremos. Sinceramente espero que sea cierto.


El ejemplo de hoy, Beato Fray Pacífico: Llamado por Dios cuando ya tenía 50 años, Fray Pacífico abandonó todo para servir con San Francisco. Tanta confianza tuvo el santo de su conversión, que lo puso al frente de un monasterio.


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Evangelio según San Mateo 10,16-23.

Jesús dijo a sus apóstoles:

“Yo los envío como a ovejas en medio de lobos: sean entonces astutos como serpientes y sencillos como palomas. Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas.

A causa de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar testimonio delante de ellos y de los paganos. Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento, porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes.

El hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a su hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir.

Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará.


Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra, y si los persiguen en esta, huyan a una tercera. Les aseguro que no acabarán de recorrer las ciudades de Israel, antes de que llegue el Hijo del hombre.”

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