Evangelio
según San Marcos 2,18-22
Comentario por: David Quiroa
“¿Por qué
tus discípulos no ayunan?”
El ayuno es
una práctica muy sana que ha caído en desuso, pero que sigue siendo parte de lo
que cree la Iglesia. ¿Por qué no se insiste más en el tema?
Igual que
hace 20 siglos, Dios quiere que los sacrificios, incluyendo el ayuno, sean voluntarios, no
forzados. No se trata de cortarle la alegría a la gente con un sacrificio que
no sabe para qué sirve, sino motivar a que se hagan buenas obras por voluntad
propia.
Ayunar es
bueno, si se hace con el verdadero sentido de sacrificarse por el bien de otros
y por el perdón de los pecados. Y es aún mejor, aunque no se ayune, hacer
buenas obras por la misma razón.
Esta
semana, pidamos a Dios por la unidad de los cristianos. “Vino nuevo en odres nuevos”, que podamos aceptar los cambios
necesarios para recibir en la Iglesia a muchas de las ovejas separadas del
rebaño.
El ejemplo
de hoy: Santa Inés. Se entregó
al martirio a los trece años, demostrando una madurez muy superior a su edad.
Donde murió hoy se crían los corderos que dan la lana para el palio del Papa.
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Evangelio
según San Juan 2,1-11
Un día en
que los discípulos de Juan y los fariseos ayunaban, fueron a decirle a Jesús: “¿Por
qué tus discípulos no ayunan, como lo hacen los discípulos de Juan y los
discípulos de los fariseos?”
Jesús les
respondió: “¿Acaso los amigos del esposo pueden ayunar cuando el esposo está
con ellos? Es natural que no ayunen, mientras tienen consigo al esposo. Llegará
el momento en el que el esposo les sea quitado, y entonces ayunarán.
Nadie usa
un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo, porque el pedazo
añadido tira del vestido viejo y la rotura se hace más grande. Tampoco se pone
vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres, y ya no servirán
más el vino ni los odres. ¡A vino nuevo,
odres nuevos!
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