lunes, 21 de enero de 2013


Evangelio según San Marcos 2,18-22
Comentario por: David Quiroa

“¿Por qué tus discípulos no ayunan?” 

El ayuno es una práctica muy sana que ha caído en desuso, pero que sigue siendo parte de lo que cree la Iglesia. ¿Por qué no se insiste más en el tema?

Igual que hace 20 siglos, Dios quiere que los sacrificios,  incluyendo el ayuno, sean voluntarios, no forzados. No se trata de cortarle la alegría a la gente con un sacrificio que no sabe para qué sirve, sino motivar a que se hagan buenas obras por voluntad propia.

Ayunar es bueno, si se hace con el verdadero sentido de sacrificarse por el bien de otros y por el perdón de los pecados. Y es aún mejor, aunque no se ayune, hacer buenas obras por la misma razón.

Esta semana, pidamos a Dios por la unidad de los cristianos. “Vino nuevo en odres nuevos”, que podamos aceptar los cambios necesarios para recibir en la Iglesia a muchas de las ovejas separadas del rebaño.

El ejemplo de hoy: Santa Inés. Se entregó al martirio a los trece años, demostrando una madurez muy superior a su edad. Donde murió hoy se crían los corderos que dan la lana para el palio del Papa.

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Evangelio según San Juan 2,1-11

Un día en que los discípulos de Juan y los fariseos ayunaban, fueron a decirle a Jesús: “¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacen los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos?”

Jesús les respondió: “¿Acaso los amigos del esposo pueden ayunar cuando el esposo está con ellos? Es natural que no ayunen, mientras tienen consigo al esposo. Llegará el momento en el que el esposo les sea quitado, y entonces ayunarán.

Nadie usa un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo, porque el pedazo añadido tira del vestido viejo y la rotura se hace más grande. Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres, y ya no servirán más el vino ni los odres.  ¡A vino nuevo, odres nuevos!

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