martes, 25 de diciembre de 2012



Evangelio según San Juan 1,1-18
Comentario por David Quiroa
  
 "Al principio existía la palabra" 

Hoy empezamos de nuevo. Cada uno de nosotros inicia un nuevo camino, un camino trazado desde antes que fuera creado el Universo. ¿Significa eso que estamos "salvos" sin importar qué hagamos?
No. Significa que una vez más, Cristo nos abre las puertas del cielo para que decidamos entrar de una vez por todas, como era al principio, como cuando éramos bebés,  como siempre debió haber sido.

El ejemplo de hoy: Jesús, Hijo de Dios, quien siendo Rey y dueño absoluto de todo lo que existe, acepta ser Niño, ser pobre para demostrar que no hace falta riqueza sino sólo auténtico amor.

---------------      

Evangelio según San Juan 1, 1-18

Al principio existía la palabra y la Palabra estaba  junto a Dios y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios.

Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe.

En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron.

Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.

El no era la luz, sino el testigo de la luz.

La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre. Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció.

Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron.

Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios.

Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni por voluntad del hombre, sino que fueron  engendrados por Dios.

Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.

Juan da testimonio de él, al declarar: "Este es aquél  del qué yo digo: El que viene después de mí, me ha precedido, porque existía antes que yo".

De su plenitud, todos hemos participado y hemos  recibido gracia sobre gracia: porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo.

Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado el el Hijo único, que está en el seno del Padre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario