Evangelio según
San Marcos 10,17-30.
Comentario por: David Quiroa
“Para los hombres es imposible”
Nuevamente nos enfrentamos al
debate de la fe contra las obras. Los discípulos notan que
es muy difícil alcanzar la Vida Eterna por su propio esfuerzo
y Jesús les confirma que no solo es difícil: es imposible.
¿Entonces, nos damos por vencidos como
el joven rico? ¡Todo lo contrario! A cada quien se le pide dar su
máximo esfuerzo, según sus circunstancias, para seguir al Señor.
Dios no nos pide tal o cual sacrificio,
esta o aquélla obra. El Señor quiere TODO, pero no para quedárselo,
sino para multiplicarlo aquí y en la próxima vida.
El ejemplo de hoy: San Calixto I. Papa. Ante la
tendencia de creer que nadie podía salvarse, Calixto recordaba que Dios
perdona 70 veces 7, es decir, siempre.
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Evangelio
según San Marcos 10,17-30.
Cuando se puso en camino, un hombre
corrió hacia él y, arrodillándose, le preguntó: “Maestro bueno, ¿qué debo hacer
para heredar la Vida eterna?”.
Jesús le dijo: “¿Por qué me llamas
bueno? Sólo Dios es bueno. Tú conoces los mandamientos: No matarás, no
cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no perjudicarás a
nadie, honra a tu padre y a tu madre”.
El hombre le respondió: “Maestro, todo
eso lo he cumplido desde mi juventud”.
Jesús lo miró con amor y le dijo: “Sólo
te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un
tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme”.
El, al oír estas palabras, se entristeció y se fue apenado, porque poseía muchos bienes.
El, al oír estas palabras, se entristeció y se fue apenado, porque poseía muchos bienes.
Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo
a sus discípulos: “¡Qué difícil será para los ricos entrar en el Reino de Dios!”.
Los discípulos se sorprendieron por
estas palabras, pero Jesús continuó diciendo: “Hijos míos, ¡Qué difícil es
entrar en el Reino de Dios! Es más fácil que un camello pase por el ojo de una
aguja, que un rico entre en el Reino de Dios”.
Los discípulos se asombraron aún más y
se preguntaban unos a otros: “Entonces, ¿quién podrá salvarse?”.
Jesús, fijando en ellos su mirada, les
dijo: “Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para él todo es
posible”.
Pedro le dijo: “Tú sabes que nosotros lo
hemos dejado todo y te hemos seguido”.
Jesús respondió: “Les aseguro que el que
haya dejado casa, hermanos y hermanas, madre y padre, hijos o campos por mí y
por la Buena Noticia,
desde ahora, en este mundo, recibirá el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres, hijos y, campos, en medio de las persecuciones; y en el mundo futuro recibirá la Vida eterna.”
desde ahora, en este mundo, recibirá el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres, hijos y, campos, en medio de las persecuciones; y en el mundo futuro recibirá la Vida eterna.”
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