Evangelio
según San Lucas 6,27-38.
Comentario por: David Quiroa
“Eso lo hacen también los pecadores”
En estos días, se considera “listo” al
que sabe negociar. Y por negociar se entiende al que logra exprimirle al otro
hasta el último centavo a cambio de algo. ¡Ah, qué hábil es!
Y dice Jesús que eso no es ningún
mérito: Eso lo hacen hasta los malos. El verdadero mérito es dar sin esperar
nada a cambio. Al que pide una cosa darle dos, hablar bien del que echa pestes
sobre uno.
Porque Dios es así: Nos regala el sol,
el agua y este planeta aunque no lo merecemos. A los que son generosos,
Él los recompensa. Los que son tacaños, sólo reciben lo que salieron a negociar
y ni un poquito más.
El ejemplo de hoy: San Juan Crisóstomo. Era tan buen predicador que le
apodaron “boca de oro”, que es lo que significa Crisóstomo.
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Evangelio según San Lucas 6,27-38.
Pero yo les digo a ustedes que me
escuchan: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian. Bendigan
a los que los maldicen, rueguen por los que los difaman. Al que te pegue
en una mejilla, preséntale también la otra; al que te quite el manto, no le
niegues la túnica. Dale a todo el que te pida, y al que tome lo tuyo no se
lo reclames. Hagan por los demás lo que quieren que los hombres hagan por
ustedes.
Si aman a aquellos que los aman,
¿qué mérito tienen? Porque hasta los pecadores aman a aquellos que los
aman. Si hacen el bien a aquellos que se lo hacen a ustedes, ¿qué mérito
tienen? Eso lo hacen también los pecadores. Y si prestan a aquellos de
quienes esperan recibir, ¿qué mérito tienen? También los pecadores prestan a
los pecadores, para recibir de ellos lo mismo.
Amen a sus enemigos, hagan el bien
y presten sin esperar nada en cambio. Entonces la recompensa de ustedes será
grande y serán hijos del Altísimo, porque él es bueno con los desagradecidos y
los malos.
Sean misericordiosos, como el
Padre de ustedes es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no
condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Den, y se les
dará. Les volcarán sobre el regazo una buena medida, apretada, sacudida y
desbordante. Porque la medida con que ustedes midan también se usará para
ustedes”.
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