martes, 25 de septiembre de 2012


Evangelio según San Lucas 8,19-21. 
Comentario por: David Quiroa

“Mis hermanos son…”
                                                                                            
A algunos la genética nos juega malas pasadas. Tenemos un hermano que no nos quiere, un tío medio loco, y un primo narcotraficante.

Pero, ¿quiénes son en realidad nuestros hermanos? La gente que trabaja con uno, los clientes, los proveedores, los amigos que nos buscan porque  les caemos bien y no por interés ni  porque les hagamos algún favor.

Igual pasa con Cristo.  Sus hermanos son los que  lo buscan por cariño, los que están con Él en las buenas y en las malas, los que trabajan a su lado, toman su cruz y le siguen. Los demás son como el tío loco: podrán decir lo que quieran, pero son como desconocidos.

El ejemplo de hoy: San Cleofás. Uno de los  discípulos de Emaús, que sin reconocerlo le dijo al Señor: “quédate con nosotros”. 

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Evangelio según San Lucas 8,19-21. 
Su madre y sus hermanos fueron a verlo, pero no pudieron acercarse a causa de la multitud.
Entonces le anunciaron a Jesús: “Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren verte”.
Pero él les respondió: “Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la practican”. 

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