domingo, 30 de septiembre de 2012


Evangelio según San Marcos 9,38-43.45.47-48. 
Comentario por: David Quiroa

“Córtalo” (Mc 9,38-43.45.47-48. )
                                                                                              
¿Pretende Dios que nos entierren sin pies, manos ni ojos, para llegar a la Vida Eterna?

No literalmente.  Las personas somos tan ingeniosas, que si nos quitaran pies, manos  y ojos, encontraríamos una manera de pecar  sin ellos. 

Lo que el Señor quiere es que nos alejemos de las cosas que nos conducen al pecado, porque es más fácil escapar del mal cuando todavía está lejos, que cuando ya lo tenemos a la mano.

Todos sabemos cuáles son esas ocasiones que nos hacen portarnos mal. Es mejor llegar  al cielo sin “disfrutar” de esos momentos, que pasar la eternidad en el infierno por un rato que pudo evitarse.

El ejemplo de hoy: San Jerónimo, doctor de la Iglesia.  Se retiró al desierto, y aún allí sufrió tentaciones, pero logró superarlas.

---------------      

Evangelio según San Marcos 9,38-43.45.47-48. 

Juan le dijo: “Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros”. 

Pero Jesús les dijo: “No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí. Y el que no está contra nosotros, está con nosotros. Les aseguro que no quedará sin recompensa el que les dé de beber un vaso de agua por el hecho de que ustedes pertenecen a Cristo. 

Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar. 

Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala, porque más te vale entrar en la Vida manco, que ir con tus dos manos a la Gehena, al fuego inextinguible. 

Y si tu pie es para ti ocasión de pecado, córtalo, porque más te vale entrar lisiado en la Vida, que ser arrojado con tus dos pies a la Gehena. 

Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar con un solo ojo en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos a la Gehena, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario