Evangelio según San Mateo 18,15-20.
Comentario por David Quiroa
“Ve y corrígelo en privado”
Cuando descubrimos a alguien
cometiendo un error, ¿qué hacemos? Vamos con el chisme a toda la colonia y
jamás se nos ocurre ir con la persona y decirle EN PRIVADO “mira, te estás
equivocando con esto ¿cómo te puedo ayudar?”.
Antes de salir con el chisme a todo
el mundo, hay que pasar dos instancias: una vez en privado uno a uno, otra vez
en privado con testigos de confianza. Y sólo después de pasar por esas dos
instancias, se dice en público, pero no como chisme sino abiertamente para ver
si así se corrige.
El objetivo de la corrección no es avergonzar
ni hacer quedar mal al pecador. Es precisamente que se corrija. Si se corrige,
no hay necesidad de seguirle haciendo pasar penas.
El ejemplo de hoy, Santa Juana de
Chantal: Llamada a
la vida religiosa, pasó décadas sin poderse consagrar por tener que atender a
su familia. Todo ese tiempo lo pasó obedeciendo a su director espiritual quien
la corregía en privado.
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Evangelio según San Mateo 18,15-20.
Jesús dijo a sus discípulos:
Si tu hermano peca, ve y corrígelo en
privado. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano.
Si no te escucha, busca una o dos
personas más, para que el asunto se decida por la declaración de dos o tres
testigos.
Si se niega a hacerles caso, dilo a
la comunidad. Y si tampoco quiere escuchar a la comunidad, considéralo como
pagano o publicano.
Les aseguro que todo lo que ustedes
aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desaten en la tierra,
quedará desatado en el cielo.
También les aseguro que si dos de
ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se
lo concederá.
Porque donde hay dos o tres reunidos
en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos.
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