Evangelio según San Mateo 17,14-20.
Comentario por David Quiroa
“Tus discípulos no lo pudieron curar”
Veamos nuevamente este asunto de la fe y
las obras. Hay un endemoniado y los discípulos de Jesús no pueden expulsar al
demonio. ¿Por qué? Porque no tienen fe.
Eso pasa con mucha frecuencia hoy día.
La mayoría de la gente ni siquiera cree en la existencia del demonio, ¿cómo van
a poder expulsarlo si no creen? Lo mismo les pasó a los discípulos.
Si uno no cree, no puede hacer. ¿Cómo
podría uno subirse a un bus si no cree que está allí? Con el mundo espiritual
es igual: si uno no cree, no puede hacer nada.
El ejemplo de hoy, Santo Domingo de
Guzmán: Fundador de la
Orden de Predicadores, una de las más numerosas del mundo, debió su éxito sobre
todo a la oración, en especial el rezo del Rosario.
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Evangelio según San Mateo 17,14-20.
Cuando se reunieron con la multitud, se le acercó un hombre y, cayendo de
rodillas, le dijo: “Señor, ten piedad de mi hijo, que es epiléptico y está muy
mal: frecuentemente cae en el fuego y también en el agua. Yo lo llevé a tus
discípulos, pero no lo pudieron curar”.
Jesús respondió: “¡Generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré
con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganmelo aquí”.
Jesús increpó al demonio, y este salió del niño, que desde aquel momento
quedó curado.
Los discípulos se acercaron entonces a Jesús y le preguntaron en privado: “¿Por
qué nosotros no pudimos expulsarlo?”.
“Porque ustedes tienen poca fe, les dijo. Les aseguro que si tuvieran fe
del tamaño de un grano de mostaza, dirían a esta montaña: ‘Trasládate de aquí a
allá’, y la montaña se trasladaría; y nada sería imposible para ustedes”.
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