viernes, 14 de agosto de 2015

“¿Es lícito divorciarse?” (Mt 19,3-12.)

Evangelio según San Mateo 19,3-12.     
Comentario por David Quiroa

“¿Es lícito divorciarse?” 

Ene o, NO. Después de eso se pueden hacer un millón de supuestos, pero la respuesta es no, nunca es lícito divorciarse. Si los obispos de todo el mundo están deliberando sobre este tema no es por decidir si es lícito el divorcio, sino para saber qué hacer con los divorciados vueltos a casar.

Efectivamente, han cometido adulterio. Y quizás sigan haciéndolo el resto de su vida. ¿Significa eso que están más allá de la misericordia de Dios?  Tampoco. Todos aquéllos que tengan miedo o esperanzas infundadas de que a partir de octubre va a ser lícito divorciarse y recasarse, que se olviden de eso porque nunca va a pasar.

Lo que veremos, si Dios así lo permite, son normas diferentes para los divorciados vueltos a casar.  Hasta hoy todo son especulaciones, nada se ha decidido. Excepto eso: no es lícito divorciarse.

El ejemplo de hoy, San Maximiliano Kolbe: Todos sabemos que dio su vida por la de otro prisionero en un campo de concentración, pero no todo el mundo recuerda que lo hizo para honrar a la Virgen.  Y se fue al cielo en la víspera de la Asunción.

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Evangelio según San Mateo 19,3-12.

Se acercaron a él algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le dijeron: “¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer por cualquier motivo?”.

El respondió: “¿No han leído ustedes que el Creador, desde el principio, los hizo varón y mujer; y que dijo: Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos no serán sino una sola carne? De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido”.

Le replicaron: “Entonces, ¿por qué Moisés prescribió entregar una declaración de divorcio cuando uno se separa?”.

El les dijo: “Moisés les permitió divorciarse de su mujer, debido a la dureza del corazón de ustedes, pero al principio no era así.

Por lo tanto, yo les digo: El que se divorcia de su mujer, a no ser en caso de unión ilegal, y se casa con otra, comete adulterio”.

Los discípulos le dijeron: “Si esta es la situación del hombre con respecto a su mujer, no conviene casarse”.


Y él les respondió: “No todos entienden este lenguaje, sino sólo aquellos a quienes se les ha concedido. En efecto, algunos no se casan, porque nacieron impotentes del seno de su madre; otros, porque fueron castrados por los hombres; y hay otros que decidieron no casarse a causa del Reino de los Cielos. ¡El que pueda entender, que entienda!”.

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