Evangelio según San Juan 1,19-38
Comentario por: David Quiroa
“Allanen el camino del Señor” (Jn 1,19-38)
Aunque para muchos hoy el mundo vuelve
“a la normalidad”, el tiempo de Navidad todavía no se acaba. Al contrario, hoy es un día excelente para
seguir el mandato de Juan el Bautista: abrirle el camino al Señor.
Hoy que estrenamos año laboral,
facilitemos un poco las cosas para que Dios nos acompañe cada día. Quitemos al menos los obstáculos del odio
pasado, los chismes, las intrigas y los rumores, para que el lugar de trabajo
sea un poco más cristiano.
¿Cómo se distingue un lugar de trabajo
que le facilita el camino al Señor? En que la gente se quiere y se aguanta (Jn
13,35). Sólo eso nos pide el Señor. ¿Verdad que se puede?
El ejemplo de hoy: San
Basilio el Grande. En todos sus escritos busca que la gente se haga más santa.
Vivió y murió rodeado de santos.
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Evangelio según San Juan 1,19-38
Este es el testimonio que dio Juan,
cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén, para
preguntarle: “¿Quién eres tú?”
El confesó y no lo ocultó, sino que
dijo claramente: “Yo no soy el Mesías”.
“¿Quién eres, entonces?”, le
preguntaron: “¿Eres Elías?”. Juan dijo: “No”. “¿Eres el Profeta?”. “Tampoco”,
respondió.
Ellos insistieron: “¿Quién eres, para
que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?”.
Y él les dijo: “Yo soy la voz que
grita en el desierto: Allanen el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías”.
Algunos de los enviados eran fariseos,
y volvieron a preguntarle: “¿Por qué bautizas, entonces, si tu no eres el
Mesías, ni Elías, ni el Profeta?”.
Juan respondió: “Yo bautizo con agua,
pero en medio de ustedes hay alguien al que ustedes no conocen: él viene
después de mí, y yo no soy digno de
desatar la correa de su sandalia”.
Todo esto sucedió en Betania, al otro
lado del Jordán, donde Juan bautizaba.
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